MORMONES Y TEMPLO DE JERUSALEN

Algo que ha ido muy unido a la adoración a Dios por parte de su pueblo, ha sido la construcción y asistencia al Templo.

Desde los días de Moisés, con la construcción del Tabernáculo, el pueblo de Dios siempre ha tenido como su máxima adoración, la asistencia y participación de los rituales del Templo.

En tiempos de Jesús todavía continuaba dicha devoción, pero la pregunta es... ¿ por qué desaparecen los Templos con el cristianismo?

A causa de la apostasía del sencillo Evangelio de Cristo y por la suposición de que, al morir Cristo, ofreciéndose en sacrificio por toda la humanidad, los sacrificios de animales en el Templo debían de cesar y, como consecuencia, el Templo perdió todo su valor.

¿ Pero es eso así ?  Por supuesto que el sacrificio de Cristo dio por finalizado la ordenanza del sacrificio de animales, pero ello no implica que desapareciera la adoración en el Templo.

Como símbolo más sagrado de nuestra adoración, y a pesar de que durante siglos se ignoró su valor y se perdieron sus rituales en los siglos de oscuridad, la Restauración del Evangelio en estos últimos días nos ha traído de nuevo la importancia de los Templos, con una renovada fuerza y capacidad espiritual que corresponde a la última dispensación del Evangelio.

Para entender esto, debemos comprender que el Templo era mucho más que sacrificios de sangre animal y Cristo y sus apóstoles, así lo manifestaron con su comportamiento y así lo recoge la Biblia, y de ello quiero hablar hoy.

De hecho, la palabra Templo aparece mas de cien veces en el Nuevo Testamento, aunque solo usaré unos pocos ejemplos, que espero sean suficientes.

El Templo era mucho mas que sacrificios de animales, era un lugar sagrado, depositario de elementos sagrados, donde se ofrecían rituales santos, donde se enseñaba, se adoraba, se presentaban niños, donde se oraba y donde se recibía revelación, donde seres celestiales se manifestaban, y mucho más.

Veamos algunos de esos ejemplos.


Lucas 2

27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres llevaron al niño Jesús al templo, para hacer por él conforme a la costumbre de la ley,

Lucas 1

8 Y aconteció que, ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios, según el orden de su grupo,

 9 conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso al entrar en el templo del Señor.

 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera, orando a la hora del incienso.

 11 Entonces se le apareció un ángel del Señor puesto de pie a la derecha del altar del incienso.

Vemos que los niños eran presentados en el Templo, que muchos recibían allí revelación y que ángeles se manifestaban en el y daban sagrados mensajes.


Marcos 11

15 Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo,......
17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa, casa de oración será llamada para todas las naciones? Pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.

Jesús aquí nos muestra que el Templo era un lugar sagrado, que debía ser respetado, lo reconoció como la CASA DE SU PADRE, y que era un lugar especial de oración, un lugar Santo.





Lucas 19

47 Y enseñaba cada día en el templo; mas los principales sacerdotes, y los escribas y los principales del pueblo procuraban matarle.

Lucas 21

 37 Y enseñaba de día en el templo; y de noche, saliendo, se quedaba en el monte que se llama de los Olivos.

 38 Y todo el pueblo venía a él por la mañana para oírle en el templo.

Era, por supuesto, un lugar de enseñanza, donde doctores enseñaban al pueblo y Cristo y sus Apóstoles, como los mejores Maestros, enseñaron la doctrina a todos.

Cristo nos dio su ejemplo al reconocer, valorar y utilizar el Templo como cenit de la adoración, y a pesar de que su Expiación cambió parte de sus rituales, no dejó de tener la importancia que originalmente tenia, veamos algunos hechos que lo demuestran.


Lucas 23

45 Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por en medio.

 46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto,expiró.

Es muy significativo y simbólico que se rasgara el velo del Templo como señal manifiesta de que habían quebrado el Convenio y ejecutado al Autor de Salvación, al Mesías prometido, al Hijo del más Alto Dios.

Y veamos, como, tras su muerte, sus discípulos, los Apóstoles, siguieron honrando y asistiendo a su Santa Casa.


Lucas 24

 52 Y ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo;

 53 y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.

Aquí, justo después de la Ascensión de Jesús al cielo, lo primero que hacen es acudir al Templo para bendecir y alabar a Dios por su Hijo.


Hechos 2
46 Y perseveraban unánimes cada día en el templo y, partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón,

Hechos 3

1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora de la oración, la hora novena.

Véase también Hechos 5: 25, 42. Hechos 5: 16-21



Los primeros apóstoles se reunían a diario en el Templo, para tomar los emblemas de Jesucristo y estar unidos en oración y amor.

Hechos 22

17 Y me aconteció, de regreso en Jerusalén, que orando en el templo, me sobrevino un éxtasis.



Vemos que  incluso Pablo, cada vez que iba a Jerusalén, acudía al Templo, donde recibía revelación y guía divinas.

Imagen cortesía de F.J.Calderón.

Hoy día, igual que en la antigüedad, pero gracias a la revelación moderna, tenemos de nuevo Templos para adorar a Dios y recibir todas las bendiciones arriba indicadas, y más aún, se han añadido ordenanzas y ritos sagrados que nos acercan a Dios, donde somos lavados y ungidos y recibimos la investidura de enseñanza y conocimiento que nos acercan a Dios y somos sellados como familias, con nuestras esposas y esposos y nuestros hijos, por este tiempo y por toda la Eternidad.

Más aún, el Templo será, en el futuro, como vió el Apóstol Juan, el centro de nuestra adoración en el Cielo.




Apocalipsis 7

15 Por esto están delante del trono de Dios y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su pabellón sobre ellos.