Encuentro de cortes y moctezuma
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En la Segunda Carta de Relación de Hernán Cortés enviada al Emperador de España Carlos V, con fecha del 30 de octubre de 1520.se pueden leer los siguientes párrafos sobre tan trascendental encuentro:
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«...Pasada esta puente, nos salió a recibir aquel señor Mutezuma con hasta doscientos señores, todos descalzos y vestidos de otra librea o manera de ropa asimismo bien rica a su uso, y más que la de los otros, y venían en dos procesiones muy arrimados a las paredes de a calle, que es muy ancha y muy hermosa y derecha, que de un cabo se parece el otro y tiene dos tercios de legua, y de la una parte y de la otra muy buenas y grandes casas, así de aposentamientos como de mezquitas, y el dicho Mutezuma venía por medio de la calle con dos señores, el uno a la mano derecha y el otro a la izquierda, de los cuales el uno era quel3 señor grande que dije que había salido a hablar en las andas y el otro era su hermano del dicho Mutezuma, señor de aquella ciudad de Iztapalapa de donde yo aquel día había partido, [...].
Y allí me tomó de la mano y me llevó a una gran sala que estaba frontera del patio por donde entramos, y allí me hizo sentar en un estrado muy rico que para él lo tenía mandado hacer, y me dijo que le esperase allí, y él se fué.
Y dende4 a poco rato, ya que toda la gente de mi compañía estaba aposentada, volvió con muchas y diversas joyas de oro y plata, y plumajes, y con hasta cinco o seis mil piezas de ropa de algodón, muy ricas y de diversas maneras tejidas y labradas, y después de me las haber dado, se sentó en otro estrado que luego le hicieron allí junto con el otro donde yo estaba; y sentado, prepuso5 en esta manera:
"Muchos días ha que por nuestras escripturas tenemos de nuestros antepasados noticia que yo ni todos los que en esta tierra habitamos no somos naturales de ella sino extranjeros, y venidos a ella de partes muy extrañas; y tenemos asimismo que a estas partes trajo nuestra generación un señor cuyos vasallos todos eran, el cual se volvió a su naturaleza, y después tornó a venir dende en mucho tiempo, y tanto, que ya estaban casados los que habían quedado con las mujeres naturales de la tierra y tenían mucha generación y hechos pueblos donde vivían, y queriéndolos llevar consigo, no quisieron ir ni menos recibirle por señor, y así se volvió; y siempre hemos tenido que los que de él descendiesen habían de venir a sojuzgar esta tierra y a nosotros como a sus vasallos; y según de la parte que vos decís que venís, que es a do sale el sol, y las cosas que decís de ese gran señor o rey que acá os envió, creemos y tenemos por cierto, él sea nuestro señor natural, en especial que nos decís que él ha muchos días que tenía noticia de nosotros; y por tanto, vos sed cierto que os obedeceremos y tendremos por señor en lugar de ese gran señor que vos decís, y que en ello no habrá que yo en mi señorío poseo, mandar a vuestra voluntad, porque será obedecido y hecho; y todo lo que nosotros tenemos es para lo que vos de ello quisiéredes disponer. Y pues estáis en vuestra naturaleza y en vuestra casa, holgad y descansad del trabajo del camino y guerras que habéis tenido, que muy bien sé todos los que se vos han ofrecido de Puntunchán acá, y bien sé que los de Cempoal y de Tascaltecal os han dicho muchos males de mí. No creáis más de lo que por vuestros ojos veredes5, en especial de aquellos que son mis enemigos, y algunos de ellos eran mis vasallos y hánseme rebelado con vuestra venida, y por se favorecer con vos lo dicen; [...] |
El segundo articulo esta tomado www.evidenciaslibrodemormon.org/
30 enero 2013
por Pamela Carrasco
¿Sabías que el 31 de Marzo del 2008, el Vaticano publicó en su diario oficial L’Osservatore Romano, un artículo que sostiene la predicación del Evangelio antes de la llegada de Colón?
Autor: Alvaro Figueroa.
Agradecemos a Luis Hill, por permitir a nuestro sitio publicar esta imagen. |
En la medida en que los descubrimientos sobre la vida y costumbres de los pueblos originarios de América comienzan a estar disponibles para cualquier persona, lo que antes se creía como algo imposible de ser, hoy es una posibilidad cierta que es ya reconocida.
Sabemos que el Libro de Mormón nos enseña que el cristianismo fue predicado en el continente Americano mucho antes del tiempo de Colón. Por esas tierras caminaron profetas que guiaron e hicieron milagros en nombre de Dios. Aún Jesucristo mismo visitó a los antiguos habitantes de América. Todos estos hechos quedaron registrados en las páginas del Libro de Mormón, una historia detallada y fiel de cada uno de estos acontecimientos; pero también estas historias fueron pasando de generación en generación y en este proceso fueron alteradas, sin embargo, a pesar de los siglos, vestigios de este conocimiento quedaron plasmados en las leyendas que recorren toda América.
El día 31 de marzo del 2008, el Vaticano publicó en su diario oficial el “L’Osservatore Romano”[1] un artículo del historiador Luigi Guarnieri Caló Carducci con el título “La leyenda de un apóstol llamado Viracocha”. Este escrito es una síntesis de una conferencia sobre las poblaciones indígenas en las crónicas del Nuevo Mundo en las que este docente e historiador participó. En él se muestran diferentes evidencias de la predicación del evangelio de Cristo a los aborígenes precolombinos. Citaron los registros de los cronistas españoles Gonzalo Fernández de Oviedo, Bartolomé de las Casas y Juan de Betanzos, todos ellos del año 1500 d.C. quienes escribían sobre las similitudes entre lo que ellos enseñaban del cristianismo y las tradiciones e historias de los pueblos aborígenes recién conquistados. También recordó que en Brasil el jesuita Manuel de Nobrega en 1549 d.C. recogió testimonios provenientes de Paraguay mientras en Perú los relatos indígenas referían del pasaje de un predicador en las cercanías del Lago Titicaca. El texto hizo referencia a un presunto "apóstol" evangelizador del continente de nombre Viracocha el cual era descrito como un hombre alto, vestido de blanco, con los cabellos cortos y un libro en la mano "que había desaparecido en el mar".
Luigi Guarnieri al concluir su artículo dice:
“La hipótesis de la predicación apostólica previa es sostenida con diversos argumentos (por ejemplo) la similitud entre cristianismo y religiones indígenas, deducible de las tantas nociones y prácticas comunes”.
El hecho de que el Vaticano publique y promueva un artículo, en su diario oficial, afirmando que los aborígenes americanos ya conocían el evangelio de Cristo antes de la llegada de los españoles a América en la conquista, es un vuelco increíble ya que siglos antes, ellos rechazaban tajantemente esta idea. Un ejemplo claro de esto es el caso que se dio en el año 1794 d.C.; el Fraile Servando Teresa de Mier dio un célebre sermón en presencia del virrey Revillagigedo, del arzobispo Alonso Núñez de Haro y Peralta y varios miembros de la Real Audiencia de Nueva España. En este sermón, Teresa de Mier enseñó que el cristianismo ya se enseñaba en América siglos antes que los españoles llegaran y que esta historia estaba dispersa en antiguos registros de los indios mexicanos. Por estas palabras, Fray Teresa de Mier fue encarcelado y exiliado por 10 años en España.
Este cambio de postura del Vaticano después de casi 400 años no es extraño, ya que en la actualidad la cantidad de evidencia que sostiene el hecho de la pre-evangelización de los indios precolombinos es muy fuerte. ¿Qué pensaría hoy el Fray Teresa de Mier al saber que la máxima autoridad Católica ha publicado oficialmente información similar a la que él sostuvo y por la cual fue encarcelado y exiliado?, este artículo, publicado en el diario oficial del Vaticano es otra prueba de que nuestras creencias sobre profetas y Jesucristo mismo enseñando el evangelio en América mucho antes de la llegada de los españoles, actualmente es un hecho real y reconocido, no sólo por los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Dïas.
El Libro de Mormón comenzó a enseñar esta verdad en 1830 cuando fue publicada su primera edición.
Admiramos profundamente la fe de aquellos primeros lectores, ya que en ese tiempo no se habían descubierto tantas evidencias arqueológicas que sustentaran las grandes civilizaciones, ni se conocían tantos relatos orales que sostienen la visita de Jesucristo a las Américas; todos aquellos conocimientos salieron a la luz en una época posterior. Ellos debieron forjar su testimonio solamente por la fe y la confirmación del Espíritu Santo, lo que sin duda y pese a toda la oposición, les preparó para llevar a cabo la restauración del Evangelio de Jesucristo e iniciar la última dispensación del cumplimiento de los tiempos.
Fuentes
- L’Osservatore Romano edición 31 de Marzo 2008 suscribirse en la pagina oficial para tener acceso al articulo referido http://www.osservatoreromano.va