Volviendo al tema de los críticos, hoy voy a abordar el más simple y tonto de todos ellos, pero, como aún lo suelo ver de vez en cuando, no he podido resistir la tentación de explicarlo.
Según los críticos el Libro de Mormón no es un libro verdadero porque afirma que Jesús nació en Jerusalén y no en Belén, como todo el mundo sabe.
Veamos de donde procede todo el asunto.
Alma 7
10 Y he aquí, nacerá de María, en Jerusalén, que es la tierra de nuestros antepasados, y siendo ella virgen, un vaso precioso y escogido, a quien se hará sombra y concebirá por el poder del Espíritu Santo, dará a luz un hijo, sí, aun el Hijo de Dios.
Evidentemente, todos los que hemos nacido en el cristianismo, sabemos, desde antes de caminar, que Jesús nació en Belén, historias, canciones, cuentos, libros, villancicos, todos nos recuerdan desde la mas tierna infancia que Jesús nació en Belén.
Lo mismo, o quizás incluso más, ocurriría en 1830 cuando fue publicado el Libro de Mormón, era un hecho conocido que Jesús nació en Belén, por lo que, si José hubiese inventado la historia, no hubiese cometido tan craso y enorme error.
En verdad, el hecho de mencionar que Jesús nació en Jerusalén es una prueba más de la veracidad del Libro de Mormón como escritura antigua, puesto que nadie en su sano juicio hubiese cometido tamaño error, salvo que fuera realmente una obra antigua y tuviese una explicación razonable y sencilla.
Veamos tal explicación, en el Libro de Mormón se hacen más de 50 referencias a la Tierra de Jerusalén, sí, fijense bien, porque esta es la clave, la TIERRA DE JERUSALÉN, ese es el motivo del versículo arriba mencionada, y es que siempre se refieren a Jerusalén como la TIERRA de sus antepasados, no como la ciudad de dónde salieron, en el propio versículo así lo indica.
Para reforzar la idea, veamos como en el Libro de Mormón no se hace ninguna referencia Tierra de Judea, Israel, Canaan, o Judá, siempre se refieren a la TIERRA DE JERUSALÉN.
Sólo aparecen dichos nombres cuando se mencionan en citas de la Biblia
No obstante, sabían de la ciudad Jerusalén, dónde aparece seis veces en el Libro
4 veces en 1 Nefi, cuándo iban y venían a ella.
1 vez en Helaman confirmando su destrucción.
1 vez en 3 Nefi citando a Isaías.
Ahora veamos algunos pasajes donde claramente se ve que se referían a Jerusalén como la TIERRA de su origen.
1 Nefi 3
9 Y yo, Nefi, y mis hermanos emprendimos la marcha por el desierto, con nuestras tiendas, para subir a la tierra de Jerusalén.
10 Y aconteció que cuando hubimos subido a la tierra de Jerusalén, yo y mis hermanos deliberamos unos con otros.
Vemos como ya desde el principio, empezaron a referirse indistintamente a la tierra y ciudad de Jerusalén en iguales términos, lo que derivó en considerar Jerusalén como una tierra más que como una ciudad.2 Nefi 25
11 Y hablo esto a causa del espíritu que está en mí. Y a pesar de que han sido llevados, volverán otra vez y poseerán la tierra de Jerusalén; por tanto, serán nuevamente restaurados a la tierra de su herencia.
Aquí Nefi, años después de su partida de Jerusalén, profetiza de ella como su TIERRA.
Veamos, como continuó dicha práctica años después.
Mosiah 7
20 Y además, ese mismo Dios ha traído a nuestros padres de la tierra de Jerusalén, y ha sostenido y preservado a su pueblo, aun hasta ahora; y he aquí, es por causa de nuestras iniquidades y abominaciones que él nos ha traído al cautiverio.
Más de cuatrocientos años después se habla de Jerusalén como su Tierra.
Unos cien años más tarde, incluso le habían puesto ese nombre a uno de los Territorios en el Nuevo Mundo, cosa habitual en cualquier pueblo que emigre o colonice nuevas Tierras.
Alma 24
1 Y aconteció que los amalekitas y los amulonitas y los lamanitas que se hallaban en la tierra de Amulón, y también en la tierra de Helam, y los que estaban en la tierra de Jerusalén, y en resumen, en todas las tierras circunvecinas, que no habían sido convertidos ni habían tomado sobre sí el nombre de Anti-Nefi-Lehi, fueron provocados a ira contra sus hermanos por los amalekitas y los amulonitas.
Vemos que a las ciudades y tierras en América se les daba el mismo tratamiento.
De hecho en la cultura Maya podemos ver ciudades estado que se componían de una ciudad principal, capital de un territorio y una tierra que la rodea y forma su territorio, todas con el mismo nombre, tal como lo acabamos de leer en el Libro de Mormón.
Sigamos leyendo, ya hacia el final del Libro.
Mormón 3
18 sí, he aquí, escribo a todos los extremos de la tierra; sí, a vosotras, doce tribus de Israel, que seréis juzgadas según vuestras obras por los doce que Jesús escogió en la tierra de Jerusalén para que fuesen sus discípulos.
Casi mil años después de salir Lehi de Jerusalén, todavía se conservaba la costumbre de denominarla como su Tierra.
Así podemos entender perfectamente como el Libro de Mormón afirma, con veracidad, que Jesús nació en Jerusalén.
Además de la sencillez de la explicación de esta critica simplona, ella misma, se convierte en un ejemplo de lo que es sacar de contexto un texto, puesto que si solo examinamos un versículo aislado de su contexto, de todo el conjunto del Libro al cual pertenece, puede llevarnos a sacar conclusiones erróneas, mientras que si examinamos el conjunto completo, podemos fácilmente comprender la verdadera realidad, cosa que hacen los críticos con la mayoría, no todas, de sus intentonas de desacreditar la veracidad del Libro de Mormón.