Mormones y el Seminario para Jóvenes

Este artículo lo escribo desde el corazón, porque para mi, es una de las cosas mas importantes que he tenido y tengo en mi vida y disfruto mucho siendo maestro de la clase de Seminario en mi Barrio.

El Seminario es un programa de la Iglesia que se implantó hace un poco mas de un siglo y que desde sus inicios, ha proveido de enseñanza religiosa a los jóvenes de la Iglesia, con el objetivo de que conocieran mejor las Santas Escrituras, pudiesen aprender de ellas y obtener un testimonio personal de su Salvador Jesucristo.

En el Seminario se provee de un ambiente de estudio y compañerismo que hace que los jóvenes disfruten de unas clases muy especiales cada día, a fin de comenzar la jornada con el Espíritu Santo en sus corazones, a la vez, que día a día, van aprendiendo de las Escrituras, de la aplicación de las mismas a su vida diaria y del sentimiento de que son hijos de Dios y que tienen una naturaleza y destino divinos.



El programa de Seminario se compone de cuatro cursos de estudio de las Escrituras para jóvenes de entre 14 y 17 años, en el que se estudian secuencialmente las Escrituras, componiendo los cursos el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, el Libro de Mormón y Doctrina y Convenios. Cada año se estudia uno de estos libros sagrados y se acompasa al curso escolar, comenzando en septiembre y terminando en mayo, realizando clases diarias.

En los lugares donde hay muchos jóvenes santos de los últimos días, las clases se pueden dar en el mismo colegio donde cursan secundaria, tal como se dan las clases de religión en aquellos países que es una materia lectiva, y allí los maestros son profesionales asalariados como cualquier otro profesor.

Pero la inmensa mayoría de clases y maestros, son voluntarios no asalariados, siendo hombres o mujeres indistintamente, que imparten las clases en las capillas de la iglesia u hogares de los miembros, antes de iniciar el curso de estudio, es decir, en mi barrio, tenemos las clases de 7 a 8 de la mañana diariamente, antes de que se vayan al instituto.

En algunos lugares, dado que el instituto comienza antes o que hay mucha distancia de la capilla al colegio, pueden comenzar mucho antes, a las 6 de la mañana, o incluso antes, por lo que se requiere una gran fe por parte de alumnos y profesores. 

En mi barrio somos dos profesores los que impartimos las clases, turnándonos para que no sea tan gravoso preparar y enseñar  las clases. Esto es parte del voluntariado de la Iglesia, o lo que se conoce también por clero laico, es decir, que no somos profesionales del sacerdocio, sino que voluntaria y desinteresadamente, impartimos las clases para el bienestar de los jóvenes.




Los jóvenes son maravillosos, el principal propósito de este artículo es rendir reconocimiento a su esfuerzo y deseo por conocer el Evangelio, las Escrituras y a su Salvador, por medio de estas clases, donde aprenden a ser auto suficientes espiritualmente, aprenden a estudiar personalmente  las Escrituras, y a buscar el Espíritu Santo en sus vidas para que puedan madurar y llegar a ser hombres y mujeres de Dios, verdaderos cristianos y siervos de Dios.

Este programa inspirado por Dios hace mas de cien años, ha ayudado a miles de jóvenes a obtener y fortalecer sus testimonios personales, a conocer y amar las Escrituras Sagradas y a acercarse mas a su Redentor y Señor Jesucristo.

Cabe aclarar que las clases no están cerradas exclusivamente a los miembros de la Iglesia, sino que cualquier joven es bienvenido y puede participar de todas las mismas bendiciones que los demás. He conocido de muchos jóvenes no miembros que asistían a las clases y disfrutaban de ellas igual que los jóvenes miembros. En particular, tuve hace años a un joven no miembro que asistió todo el año a clases y obtuvo su certificado al final del curso, pero lo mejor fue, que, en mayo decidió bautizarse y unirse a la Iglesia.

Finalmente, como dije, escribo desde el corazón, un homenaje a todos los jóvenes que he enseñado en mi barrio desde hace trece años consecutivos, así como los que enseñé años atrás en mi ciudad natal y que, dándoles clases diariamente, sintiendo el Espíritu Santo con ellos, aprendiendo de las Escrituras junto a ellos y conociendolos y viendo su progreso y madurez, puedo decir, que este llamamiento de ser maestro, me ha dado mucha felicidad en mi vida.

Sobre todo, ver como, en estos últimos trece años, he tenido mas de sesenta alumnos, de los cuales mas de treinta han servido, sirven actualmente o están a punto de empezar, una misión de proselitismo de tiempo completo, otros ya se han casado y tienen hijos y son buenos padres y madres, otros están estudiando en la universidad o trabajando honradamente... todo ello, llena de gozo mi alma y me une a todos mis chicos ( como yo les llamo ) con unos lazos de amor y amistad que perduran y perdurarán para siempre.




Para terminar, les dejo con un articulo recientemente publicado sobre el programa de Seminario, que da una idea mas aproximada de su composición y resultados para los jóvenes.


Grandes resultados por la elevación de requisitos en los cursos de seminario SUD

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cualquier comentario es bien recibido si se hace con respeto y educacion. Los comentarios que no cumplan estas sencillas normas seran borrados.