Mormones y críticos 8. Racismo


Una de las críticas mas habituales en contra de la Iglesia es que es racista, porque se le ha negado durante un tiempo el Sacerdocio a los hombres negros, y aunque, aparentemente pueda parecer así, veamos lo que sucede en realidad y comprendamos el porqué de las circunstancias.

En primer lugar, no hay una Escritura que sostenga la primacía blanca sobre la negra en ningún lado, de hecho, todo lo contrario, leamos en el Libro de Mormón.

2 Nefi 26

33 Porque ninguna de estas iniquidades viene del Señor, porque él hace lo que es bueno entre los hijos de los hombres; y nada hace que no sea claro para los hijos de los hombres; y él invita a todos ellos a que vengan a él y participen de su bondad; y a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres; y se acuerda de los paganos; y todos son iguales ante Dios, tanto los judíos como los gentiles.


Por lo tanto, no ha lugar a pensar que los santos de los últimos días sean racistas en ninguna manera, no obstante, se les retuvo una bendición en cuanto al Sacerdocio y eso es otro tema completamente distinto que trataré de explicar en este artículo.

Quiero distinguir estos dos aspectos, porque son importantes, y el distinguirlo nos puede dar una idea de lo que quiero transmitir. 

De la misma manera, viendo algunos pasajes en los Evangelios, podríamos tildar al Maestro de racista o xenófobo, ya que hay relatos en los que aparentemente podría ser calificado de esta manera. Veamos un ejemplo.

Mateo 15


 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquellos alrededores clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
 23 Pero él no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.
 24 Y él, respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
 25 Entonces, ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!
 26 Y respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.
 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores.
 28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija quedó sanada desde aquella hora.


Aunque Jesús la ignora,  los discípulos querían despedirla y Cristo le dijo que no era correcto sanar a su hija porque solo ministraba al pueblo de Israel,  la insistencia y la fe de la mujer cananea (extranjera para los judíos), fue elogiada por ello y Cristo le concedió el milagro, lo que podría llevarnos al error, tal como en estos días sucedió con el Sacerdocio y la raza.

Analicemos algunas de las conductas de los primeros Santos para comprobar que no había un ápice de racismo en su doctrina y conducta, sino más bien, todo lo contrario.



Para no extenderme mucho, haré un breve resumen que puedo ampliar y justificar.

Los primeros Santos eran abolicionistas, no apoyaban la esclavitud y la criticaban, cosa que fue una de las causas de la persecución y expulsión en 1833 y 1838, del Estado de Misuri, estado esclavista y que vió en el aumento del numero de santos en su territorio, una amenaza para mantener legal la esclavitud.

Asimismo, José Smith, en su candidatura a la presidencia de Estados Unidos en 1844, llevaba en su programa la abolición de la esclavitud, con una interesante propuesta que evitaría el desastre económico y el enfrentamiento, cosa que, lamentablemente no sucedió.

En los primeros días de la Iglesia no se produjo ninguna discriminación por la raza y se ordenó al Sacerdocio a varios conversos afroamericanos. Solo es hasta 1852 en que Brigham Young anunció la restricción del Sacerdocio, sin ninguna explicación adicional, la cual se mantuvo hasta 1978.

Sin embargo, esto no supuso el rechazo o maltrato de ellos, viviendo una pequeña comunidad en Utah con los mismos derechos que los demás, siendo algunos prósperos ciudadanos del Estado, en un futuro publicaré alguna de sus historias y testimonios.

Asimismo nunca hubo segregación religiosa, es decir, no hubieron solo congregaciones para negros.

El porqué de la restricción en 1852 es un misterio, puesto que no hay ninguna evidencia del motivo. Se ha investigado y serenamente la Iglesia ha reconocido que no hay ninguna explicación al respecto, solo la promesa de que algún día recibirían todas las bendiciones.


De igual manera que sucedió con el pueblo de Israel, a 11 tribus se les negó el privilegio de poseer el Sacerdocio, quedando reservado éste solo para la Tribu de Leví ( Josué 18: 7 ).

Frente a lo que se dice por los críticos que ésta información se escondía antes de 1978, yo, que fui bautizado en 1976, recibí toda la información de las misioneras que me enseñaron, aceptándolo por la promesa de que algún día sería revocada la restricción, cosa que ocurrió antes de dos años, para mi regocijo y felicidad.

La Iglesia ha publicado un buen y sincero artículo al respecto que explica ampliamente este tema y que les acompaño a continuación, pero recuerden, no es lo mismo racismo que limitación de bendiciones por un tiempo determinado, y sobre todo, lo hermoso de una Iglesia que se guía por revelación divina y que aún confía en recibir nuevas bendiciones de los cielos.




La raza y el sacerdocio

En teología y en la práctica, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días acoge a a toda la familia humana. Las Escrituras y las enseñanzas de los Santos de los Últimos Días afirman que Dios ama a todos Sus hijos y que hace que la salvación esté disponible para todos. Dios creó las muchas diversas razas y etnias y ama a todos por igual. Como lo explica el Libro de Mormón, “todos son iguales ante Dios”1.
La estructura y la organización de la Iglesia fomentan la integración racial. Los Santos de los Últimos Días asisten a las reuniones de la Iglesia de acuerdo con los límites geográficos del barrio o congregación que les corresponda. Por definición, esto significa que la composición racial, económica y demográfica de las congregaciones mormonas por lo general refleja la más amplia de la comunidad que las rodea2. El gobierno laico de la Iglesia también tiende a facilitar la integración: es posible que un obispo de raza negra presida una congregación en su mayoría blanca, o que una mujer hispana sea compañera de una asiática para visitar los hogares de miembros de diversas razas. Los miembros de la Iglesia de distintos grupos étnicos se cuidan unos a otros con regularidad en sus respectivos hogares y prestan servicio juntos como maestros, como líderes de la juventud y en otras innumerables asignaciones que reciben en su congregación. Tales prácticas hacen que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sea una religión totalmente integrada.
A pesar de esta realidad moderna, durante mucho de su historia —desde mediados de 1800 hasta 1978— la Iglesia no ordenó al sacerdocio a hombres de ascendencia africana negra, ni permitió a hombres ni a mujeres de la raza negra participar en la investidura del templo ni en las ordenanzas selladoras.
La Iglesia se estableció en 1830, durante una era de gran división racial en los Estados Unidos. En esa época, muchas personas de ascendencia africana vivían en esclavitud, y las distinciones y el prejuicio raciales no sólo eran comunes sino habituales entre los estadounidenses de raza blanca. Dichas realidades, aunque nos parecen extrañas y perturbadoras hoy en día, influyeron en todos los aspectos de la vida de las personas, incluso en su religión. Por ejemplo, muchas iglesias cristianas de esa época fueron segregadas debido a su pasado racial. Desde el inicio de la Iglesia, las personas de toda raza y origen étnico podían bautizarse y eran recibidas como miembros. Al acercarse al final de su vida, el fundador de la Iglesia, José Smith, se opuso abiertamente a la esclavitud. Nunca ha habido en toda la Iglesia una norma de segregar congregaciones3.
Durante las dos primeras décadas de existencia de la Iglesia se ordenó al sacerdocio a algunos hombres de raza negra. Uno de ellos, Elijah Abel, también participó en las ceremonias del templo en Kirtland, Ohio, y más tarde se bautizó como representante de familiares fallecidos en Nauvoo, Illinois. No hay evidencia de que durante la vida de José Smith se le haya negado el sacerdocio a ningún hombre negro.
En 1852, el presidente Brigham Young anunció públicamente que los hombres descendientes de africanos negros ya no podrían ser ordenados al sacerdocio; sin embargo, a partir de entonces, hubo personas negras que se unieron a la Iglesia mediante el bautismo y recibieron el don del Espíritu Santo. Después de la muerte de Brigham Young, los presidentes de la Iglesia que le siguieron restringieron a las personas de raza negra de recibir la investidura y de casarse en el templo. Con el tiempo, los miembros y líderes de la Iglesia propusieron muchas teorías para explicar esas restricciones con respecto al sacerdocio y al templo. Ninguna de esas explicaciones se acepta en la actualidad como doctrina oficial de la Iglesia.

La Iglesia en una cultura racial estadounidense

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se restauró en medio de una cultura racial muy contenciosa, en la que los blancos gozaban de grandes privilegios. En 1790, el Congreso de Estados Unidos limitó la ciudadanía a “las personas blancas libres”4. Durante el medio siglo siguiente, los problemas de raza dividieron el país: mientras que la esclavitud era legal en el sur, una región más agraria, con el tiempo se abolió en el norte, una región más urbanizada. Aun así, la discriminación racial se extendía tanto en el norte como en el sur, y muchos estados habían implementado leyes que prohibían el matrimonio interracial5. En 1857, la Corte Suprema de Estados Unidos decretó que las personas de raza negra no poseían “los mismos derechos que el hombre blanco tenía obligación de respetar”6. Pasada una generación después de la Guerra Civil (1861–1865) se llegó al fin de la esclavitud en los Estados Unidos; la Corte Suprema decretó que las instalaciones para negros y blancos, “separados pero iguales”, eran constitucionales, una decisión que legalizó una cantidad de restricciones en contra de la gente de color, hasta que el tribunal la revocó en 19547.
En 1850, el Congreso de Estados Unidos creó el Territorio de Utah, y el presidente de la nación designó a Brigham Young gobernador del territorio. Los del sur que se habían convertido a la Iglesia y emigrado a Utah con sus esclavos plantearon la cuestión del estado legal de la esclavitud en el territorio. En dos discursos pronunciados antes de la Asamblea Legislativa territorial de Utah en enero y febrero de 1852, Brigham Young anunció una norma en la que se restringía la ordenación al sacerdocio para los hombres descendientes de africanos negros. Al mismo tiempo, el presidente Young dijo que en un día futuro, los miembros de raza negra de la Iglesia “tendrían [todo] el privilegio, y aún más” del que disfrutaban los demás miembros8.
Las justificaciones de esa restricción hacían eco de las extendidas ideas que existían de inferioridad racial y que se habían empleado para argüir en favor de la legalización de la “servidumbre” de negros en el Territorio de Utah9.
De acuerdo con un punto de vista, que se había promulgado en Estados Unidos desde por lo menos la década de 1730, los negros descendían del linaje de Caín, el personaje bíblico que asesinó a su hermano Abel10. Los que aceptaban esa idea creían que la “maldición” que Dios puso sobre Caín era la marca de una piel oscura. La servidumbre de los negros se consideraba a veces una segunda maldición sobre Canaán, nieto de Noé, como resultado de la indiscreción de Cam hacia su padre11. Aun cuando la esclavitud no era un factor importante en la economía de Utah y se abolió al poco tiempo, la restricción en las ordenaciones del sacerdocio continuaron.

Se suspende la restricción

Hasta después de 1852, por lo menos dos mormones negros siguieron poseyendo el sacerdocio. En 1879, cuando uno de aquellos hombres, Elijah Abel, hizo una petición para recibir su investidura del templo, se le negó la solicitud. Jane Manning James, miembro fiel y de raza negra que atravesó las llanuras y vivió en Salt Lake City hasta su muerte, ocurrida en 1908, también solicitó entrar al templo; se le permitió efectuar bautismos por los muertos, por sus antepasados, pero no participar en otras ordenanzas12. La maldición de Caín se mencionaba a menudo como justificación de las restricciones con respecto al sacerdocio y al templo. Alrededor de los años 1900 empezó a difundirse otra explicación: se decía que la gente de raza negra no habían sido valientes en la batalla preterrenal contra Lucifer y que, como consecuencia, se les negaban las bendiciones del sacerdocio y del templo13.
En la última parte de la década de 1940 y durante la de 1950, la integración racial empezó a ser cada vez más común en el país. David O. McKay, Presidente de la Iglesia, hizo hincapié en que la restricción se aplicaba solamente a los descendientes de negros africanos. La Iglesia siempre había permitido a los isleños del Pacífico poseer el sacerdocio, y el presidente McKay aclaró que los varones de raza negra de Fiji y los aborígenes australianos también podían ser ordenados al sacerdocio e instituyó la obra misional entre ellos. En Sudáfrica, el presidente McKay dejó sin efecto una norma anterior por la que se requería que los candidatos a recibir el sacerdocio pudieran trazar su linaje fuera de África14.
No obstante, dada la larga historia de restricción del sacerdocio para los hombres descendientes de africanos negros, los líderes de la Iglesia pensaron que, a fin de cambiar esa norma, era preciso recibir una revelación de Dios, e hicieron esfuerzos continuos por entender lo que debía hacerse. Después de orar pidiendo guía, el presidente McKay no recibió la impresión de anular la prohibición15.
Al extenderse la Iglesia por todo el mundo, su grandiosa misión de ir “y hace[r] discípulos a todas las naciones”16 parecía cada vez más incompatible con las restricciones del sacerdocio y del templo. El Libro de Mormón declara que el mensaje de salvación del Evangelio debe ir “a toda nación, tribu, lengua y pueblo”17. Mientras que no había límites en cuanto a quién invita el Señor para que “participe de su bondad” por medio del bautismo18, las restricciones del sacerdocio y del templo creaban grandes barreras, un aspecto que se hizo cada vez más evidente cuando la Iglesia comenzó a extenderse a localidades internacionales con gente de diversos orígenes y mezclas raciales.
Brasil en particular presentaba muchas dificultades. A diferencia de Estados Unidos y de Sudáfrica, donde el racismo legal y real llevó a que las sociedades fueran profundamente segregadas, Brasil se enorgullecía de su patrimonio racial abierto, integrado y mixto. En 1975, la Iglesia anunció que se iba a edificar un templo en São Paulo, Brasil. Mientras avanzaba la construcción del templo, las autoridades de la Iglesia se encontraron con fieles mormones de raza negra y de ascendencia mixta que habían contribuido económicamente y de otras maneras a la edificación del Templo de São Paulo al que comprendían que no se les permitiría entrar una vez que se hubiera terminado. Sus sacrificios, así como las conversiones de miles de nigerianos y ghaneses en las décadas de 1960 y 1970, conmovieron a los líderes de la Iglesia19 y los
llevaron a reflexionar sobre las promesas que otros profetas como Brigham Young habían hecho diciendo que los miembros de raza negra iban a recibir un día las bendiciones del sacerdocio y del templo. En junio de 1978, después de “pasar muchas horas en la sala superior del Templo [de Salt Lake] suplicando al Señor guía divina”, el Presidente de la Iglesia, Spencer W. Kimball, los consejeros de la Primera Presidencia y los miembros del Quórum de los Doce Apóstoles recibieron una revelación. “Él ha escuchado nuestras oraciones y mediante la revelación ha confirmado que ha llegado el día largamente prometido”, anunció la Primera Presidencia el 8 de junio. La Primera Presidencia declaró que eran “conscientes de las promesas hechas por los profetas y los presidentes de la Iglesia que nos precedieron” que “todos nuestros hermanos que son dignos pueden recibir el sacerdocio”20. La revelación revocó la restricción de ordenación al sacerdocio. También extendió las bendiciones del templo a todos los Santos de los Últimos Días dignos, hombres y mujeres. La declaración de la Primera Presidencia en cuanto a la revelación pasó a formar parte de las Escrituras en el libro de Doctrina y Convenios, como Declaración oficial 2.
Esta “revelación sobre el sacerdocio”, nombre por el que se le conoce comúnmente en la Iglesia, fue un suceso destacado y un acontecimiento histórico. Los que estuvieron presentes en aquella ocasión lo describieron con reverencia: Gordon B. Hinckley, entonces miembro del Quórum de los Doce, lo recordaba así: “En la sala se percibía una atmósfera de santidad y sagrada. A mí me pareció como si se hubiera abierto un conducto de comunicación entre el trono celestial y el suplicante Profeta de Dios arrodillado y rodeado de sus hermanos… Por el poder del Espíritu Santo, todos los hombres que nos hallábamos en aquel círculo sentimos y supimos la misma cosa… Ninguno de los que estábamos presentes en aquella ocasión volvió a ser la misma persona después de eso. Tampoco la Iglesia ha vuelto a ser exactamente lo mismo”21.
En todo el mundo la reacción fue inmensamente positiva entre los miembros de la Iglesia de todas las razas. Muchos Santos de los Últimos Días se echaron a llorar de gozo al enterarse de la noticia. Algunos comentaron que habían sentido como si se les hubiera quitado un peso de los hombros. La iglesia comenzó inmediatamente las ordenaciones al sacerdocio de los hombres descendientes de africanos y, por todo el mundo, mujeres y hombres de raza negra pudieron entrar al templo. Poco después de la revelación, el élder Bruce R. McConkie, un Apóstol, habló de que “luz y conocimiento” nuevos habían borrado un previo “entendimiento limitado”22.

La Iglesia en la actualidad

Actualmente, la Iglesia rechaza las teorías formuladas en el pasado de que la piel negra es una señal de desaprobación o maldición divina, o que refleja las acciones en la vida preterrenal; que los matrimonios de raza mixta son un pecado; y que las personas negras o de otra raza u origen son en modo alguno inferiores a cualquier otra persona. Hoy en día, los líderes de la Iglesia condenan en forma inequívoca todo racismo, pasado y presente, de cualquier manera que se manifieste23.
Desde ese día en 1978, la Iglesia ha mirado hacia el futuro al continuar aumentando rápidamente el número de miembros entre los africanos, los afroamericanos y otras personas de ascendencia africana. Aunque las cédulas de miembros de la Iglesia no indican la raza ni el grupo étnico de la persona, la cantidad de miembros de la Iglesia de ascendencia africana se eleva ahora a cientos de miles.
La Iglesia proclama que la redención por medio de Jesucristo está a disposición de toda la familia humana con las condiciones que Dios ha prescrito. Afirma que Dios no “hace acepción de personas”24 y declara enfáticamente que cualquier persona que sea justa, sea cual sea su raza, es favorecida por Él. Las enseñanzas de la Iglesia con respecto a los hijos de Dios se resumen en un versículo del segundo libro de Nefi: “…y a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres… y todos son iguales ante Dios, tanto los judíos como los gentiles”25.


Materiales de consulta

  1. 2 Nefi 26:33. Véase también Hechos 10:34-3517:26Romanos 2:1110:12Gálatas 3:28.
  2. A fin de facilitar la participación de miembros de la Iglesia que no hablen la lengua dominante de la zona en que viven, algunas congregaciones están organizadas entre los hablantes de la misma lengua (como español, mandarín o tongano). En tales casos, los miembros pueden escoger a qué congregación desean asistir.
  3. En algunas épocas, que reflejaban las costumbres y leyes locales, hubo casos de congregaciones segregadas en regiones como Sudáfrica y el sur de Estados Unidos.
  4. “An Act to Establish an Uniform Rule of Naturalization”, 1erCongreso, 2ªsesión, capítulo 3, 1790.
  5. Elise Lemire, Miscegenation”Making Race in America, Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 2002; Peggy Pascoe, What Comes NaturallyMiscegenation Law and the Making of Race in America, Nueva York: Oxford University Press, 2009. Entre 1888 y 1963, el mestizaje estaba prohibido en Utah. Véase de Patrick Mason, “The Prohibition of Interracial Marriage in Utah, 1888–1963”, Utah Historical Quarterly76, Nº 2 (primavera de 2008): págs. 108 – 131.
  6. Don E. Fehrenbacher, The Dred Scott CaseIts Significance in American Law and Politics, Nueva York: Oxford University Press, 1978, pág. 347.
  7. Plessy vs. Ferguson, 163 U.S. 537 (1896); Brown vs. Mesa Directiva de Educación, 347 U.S. 483 (1954).
  8. Discursos de Brigham Young ante la Asamblea Legislativa Territorial de Utah, el 23 de enero y el 5 de febrero de 1852; George D. Watt Papers, Biblioteca Histórica de la Iglesia, Salt Lake City, transcrito de versión taquigráfica por LaJean Purcell Carruth; “To the Saints”, Deseret News, 3 de abril de 1852, pág. 42.
  9. En la misma sesión de la Asamblea Legislativa Territorial en la que Brigham Young anunció la norma de la ordenación al sacerdocio, la legislatura territorial legalizó la “servidumbre” de los negros. Brigham Young y los legisladores consideraban que “servidumbre” era un término alternativo más humano que “esclavitud”. Christopher B. Rich Jr., “The True Policy for Utah: Servitude, Slavery, and ‘An Act in Relation to Service’”, Utah Historical Quarterly 80, Nº 1 (invierno de 2012), págs. 54 – 74.
  10. David M. Goldenberg, The Curse of HamRace and Slavery in Early Judaism, Christianity, and Islam, Princeton: Princeton University Press, 2003, págs. 178 – 182, 360n20; Colin Kidd, The Forging of RacesRace and Scripture in the Protestant Atlantic World, 1600–2000, Cambridge: Cambridge University Press, 2006.
  11. Stephen R. Haynes, Noah’s CurseThe Biblical Justification of American Slavery, Nueva York: Oxford University Press, 2002.
  12. Margaret Blair Young, “‘The Lord’s Blessing Was with Us’: Jane Elizabeth Manning James, 1822 – 1908”, citado por Richard E. Turley y Brittany A. Chapman, eds., en Women of Faith in the Latter Days, tomo II, 1821–1845, Salt Lake City: Deseret Book, 2012, págs. 120 – 135.
  13. El apóstol Joseph Fielding Smith, por ejemplo, escribió en 1907 que era “muy general” la creencia entre los mormones de que “la raza negra ha sido maldecida por haber adoptado una posición neutral en aquella gran contienda”. Sin embargo, admitió que esa creencia no era “la postura oficial de la Iglesia sino simplemente la opinión de los hombres”. Carta de Joseph Fielding Smith a Alfred M. Nelson, 31 de enero de 1907, Biblioteca Histórica de la Iglesia, Salt Lake City.
  14. Edward L. Kimball, “Spencer W. Kimball and the Revelation on Priesthood”, BYU Studies 47, Nº 2 (primavera de 2008), págs. 18-20; Marjorie Newton, Southern Cross Saints: The Mormons in Australia, Laie: Hawai: Instituto de estudios polinesios, Universidad Brigham Young-Hawai, 1991, págs. 209 – 210. Incluso antes de esa época, el presidente George Albert Smith había llegado a la conclusión de que la prohibición del sacerdocio no se aplicaba a los filipinos de raza negra. Kimball, “Spencer W. Kimball and the Revelation on the Priesthood”, págs. 18-19.
  15. Kimball, “Spencer W. Kimball and the Revelation on the Priesthood”, págs. 21-22.
  16. Mateo 28:19.
  17. Mosíah 15:281 Nefi 19:17.
  18. 2 Nefi 26:23, 28.
  19. Mark L. Grover, “Mormonism in Brazil: Religion and Dependency in Latin America”, (tesis de doctorado, Universidad de Indiana, 1985), págs. 276-278. Para obtener un relato personal de los acontecimientos en Brasil, véase de Helvecio Martins y Mark Grover, The Autobiography of Elder Helvecio Martins, Salt Lake City: Aspen Books, 1994, págs 64 – 68. Para las conversiones de los africanos, véase de E. Dale LeBaron, ed., “All Are Alike unto GodFascinating Conversion Stories of African Saints, Salt Lake City: Bookcraft, 1990; Pioneers in AfricaAn Inspiring Story of Those Who Paved the Way, Provo, Utah: Brigham Young University Broadcasting, 2003).
  20. Declaración Oficial—2.
  21. Gordon B. Hinckley, “Priesthood Restoration”, Ensign, octubre de 1988, pág. 70; disponible en inglés: ensign.lds.org. Las impresiones de otras personas que se encontraban en la sala se compilaron en el artículo de Kimball, “Spencer W. Kimball and the Revelation on Priesthood”, págs. 54 – 59.
  22. Bruce R. McConkie, “All Are Alike unto God”, Simposio de educadores religiosos del SEI, 18 de agosto de 1978; está disponible en inglés en: speeches.byu.edu.
  23. Gordon B. Hinckley, “La necesidad de más bondad”, Liahona, mayo de 2006, págs. 58–61.
  24. Hechos 10:34.
  25. 2 Nefi 26:33.

10 comentarios:

  1. ...confieso que es una parte de la historia que no entiendo porque prohibieron a pesar de la explicación del artículo.
    Pedro

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    1. Ya, es un pequeño misterio, para mi, como con la poligamia, fue una prueba de fe para todos los miembros de la iglesia.

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    2. ...me quedo con lo que dicen a veces que la Iglesia no es perfecta porque la dirige los hombres, al contrario del evangelio que es de Jesucristo!
      Pedro

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    3. Eso es real, nunca se ha afirmado que los profetas sean infalibles,, y cada uno es reo de su época y de su cultura.

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  2. Muchas afirmaciones son mal interpretadas por los. hombres y. .Como siempre cuando se trata de maldiciones de generaciones . aquí entra la fe. Y la comprensión del evangelio...El señor es justo y no hace acepción de personas. Y como hay cosas que se ha regido.. por probar algunos de nuestros hermanos en la obediencia y fe? Todos estamos reñidos a obedecer los mandamientos. O no podremos cumplir con ciertos convenios. ..Las antiguas "leyes" que se han revocado en esta dispensación..Nos llegaron.a todos. Seamos de la raza o el color que tengamos. Las 10 tribus de Israel tuvieron.sus legados y muchos descendemos de ellas con sus correspondientes legados. ? Pero el señor mira el corazón..Y ha dicho. Que todos. Cualquier raza color o pueblo es acreedor a "todas las bendiciones" por obediencia. Y ese es el amor del padre celestial. Cuando ha dictado leyes en un tiempo a tenido que cumplirlas. Porque si no dejaría de ser Dios. Y el lo dice. En las escrituras. Pero también dijo..Cualquier que viene a mi con humildad lo recibo en mis brazos. Y eso va por todos!!! Aún pecando su amor nos envuelve y nos protege!! A si lo siento!!! Besossssssss y gracias!!!!
    Marina

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  4. ¿Es normal que durante tanto tiempo las personas de raza negra hayan tenido que soportar y ser excluidos de las bendiciones de Dios.?
    A qué se debe esta inexactitud de cambio ¿ A leer la Biblia o leer otras historias ?
    ¿Que diferencia hay entre equivocado y falso ?
    Estar equivocado es llegar a estar confundido,pero la falsedad es otra cosa,la falsedad lleva al engaño.Dios perdona nuestras equivocaciones,pero no nuestras mentiras o falsedades,Dios llama a estas cosas pecado.
    Todo lo que Dios tiene que decirnos está en su palabra y no en otras supuestas "revelaciones" que nos dicen cosas que no están escritas en la Palabra de Dios.
    Dios actuara siempre conforme a su palabra ¿sabe lo que dice Dios sobre estas equivocaciones?
    El libro de Nahum lo deja bien claro. Nahum 1:3

    Mi comentario no es ofensivo, espero que no lo elimine.

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  5. quien les habla es un simple siervo pero puedo decirles la iglesia no esta equivocada los equivocados son los hombres que aun que tienen oídos para oír no oyen y ojos para ver y no ven por que les hablo con la verdad de sus corazones y desierto les digo no juzguéis al pobre por lo que viste o diosma o al rico por lo que viste o come mas bien ve en tu corazón que es lo que tu puedes hacer por aquel que se perdió del camino angosto de la verdad a me olvidaba ese nahum no es profeta te recuerdo que después de la muerte de los últimos profetas la humanidad estaba en apostasía y el evangelio que jesus dejo ya no esta en la tierra por que no había hombres justos que lo predicaran por eso se considera a la biblia católica blasfema ya que los libros que en ella hay son escritos por hombres simples y comunes que nuca fueron llamados por profetas para tal labor ojo no quiero sonar pleitista pero es la verdad

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  6. Expliqué alguien por qué la Iglesia mormona ha tenido a los negros como humillantes hasta 1978. La Iglesia dice hoy día que no existe racismo dentro de ella. Pero bien es cierto que no queda claro cuando afirman que el negro es la opción que eligió Satán para manifestar en ellos como algo de lo que huir. Así pues, cómo queda la cosa? Es o no, racista? Que alguien lo aclare porque es un punto polémico de esta doctrina .Gracias.

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  7. ¿Es una maldición tener la piel oscura?
    Y él había hecho caer la maldición sobre ellos, sí, una penosa maldición, a causa de su iniquidad… por tanto, ya que eran blancos y sumamente bellos y deleitables, el Señor Dios hizo que los cubriese una piel de color obscuro, para que no atrajeran a los de mi pueblo” (2 Nefi 5:21)

    “Y aconteció que aquellos lamanitas que se habían unido con los nefitas fueron contados entre éstos. Y les fue quitada su maldición, y su piel se tornó blanca como la de los nefitas…” (3 Nefi 2: 14-15)

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