Restauracion visual, servicio humanitario de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días



 Cuando visité en 2015 la Manzana de Bienestar de la Iglesia de Jesucristo, quedé gratamente impresionado por todo el trabajo que la Iglesia realiza para cuidar del pobre y del necesitado.


Todo el servicio de Bienestar se enfoca en ayudar a los miembros de la Iglesia que están en necesidad, ofreciendo ayuda financiera para alojamiento, medicinas, suministros básico de energía y alimentación, por un importe reconocido aproximado de unos mil millones de dólares anuales.


De hecho, me hizo recordar una frase que se atribuía al Profeta Kimball (aunque no sé si es real o solo una leyenda urbana, aunque la frase dice una verdad incuestionable y por eso la repito hoy... ) que decía algo así como  ... " si cada Iglesia se ocupara de sus pobres y necesitados, se acabaría el hambre en el mundo ".


Además de cuidar de sus miembros, la Iglesia tiene un programa humanitario dirigido a cualquier persona en necesidad, que, dentro de nuestras posiblidades (recuerden que solo somos 16.500.000 de miembros en un planeta de 7.000 millones de habitantes), prestaba ayuda en muchos proyectos humanitarios.


La Iglesia es famosa por ayudar  de forma rápida y eficaz en cualquier catástrofe, desde hace mucho estamos actuando en cualquier guerra, terremoto o inundación con ayudas de emergencia que suministran alivio a los necesitados.


También somos bien conocidos por colaborar, economica y logisticamente, con otras organizaciones humanitarias como Cruz Roja, Cáritas, Acnur, etc. y no de ahora, sino desde hace mucho, ya que por ejemplo, con Cruz Roja se colabora desde 1898, habiendo recibido de la misma muchos reconocimientos.


He publicado muchos artículos al respecto, con éstas y otras actuaciones humanitarias de la Iglesia, pero quizàs las menos conocidas son las que realiza LDS CHARITIES, el brazo humanitarios de la Iglesia en países del tercer mundo, con programas de donación de sillas de ruedas, agua potable, neonatología y, en este caso que hoy les acompaño, el cuidado de la vista.


Porque además de alimentar a las personas, la salud es muy importante y la vista uno de los principales valores de una persona.


Espero disfruten este maravilloso artículo.




Restaurando la vista y la vida por medio de la iniciativa global de la Iglesia para el cuidado de la visión

Una cita atribuida al científico estadounidense George Washington Carver enseña: “Donde no hay visión, no hay esperanza”.

Halima, una anciana de un pequeño pueblo de Tanzania, seguramente entendería la observación de Carver de una manera profundamente personal.

Hace varios años, Halima comenzó a quedarse ciega después de desarrollar cataratas bilaterales. Incluso las tareas básicas como levantarse de la cama eran difíciles. Pronto dependió de una sobrina para que la cuidara tiempo completo.

Finalmente, Halima quedó completamente ciega. Recuerda sentirse como si estuviera en un sueño profundo y perpetuo esperando cada día para despertar.

“Sólo quiero ser independiente — lo fui toda mi vida, pero ahora me siento totalmente inútil”, dijo en ese momento.

Entonces, un milagro visitó a Halima y su familia. La mujer de Tanzania fue identificada como candidata para una cirugía de cataratas gratuita por Latter-day Saint Charities, la organización humanitaria de la Iglesia, y sus socios locales en su país de África Oriental. Trabajando bajo los auspicios de la iniciativa de visión global de la Iglesia, un equipo de profesionales médicos experimentados realizó el procedimiento de Halima.

Halima, una aldeana de Tanzania, recuperó la vista gracias a la cirugía de cataratas proporcionada por Latter-day Saint Charities y sus socios. La donación del procedimiento le permitió a Halima y a su familia disfrutar de una mayor autosuficiencia.
Halima, una aldeana de Tanzania, recuperó la vista gracias a la cirugía de cataratas proporcionada por Latter-day Saint Charities y sus socios. La donación del procedimiento le permitió a Halima y a su familia disfrutar de una mayor autosuficiencia. Credit: Latter-day Saint Charities

La cirugía de extracción de cataratas es una cirugía común, segura y económica. Tiene una tasa alta de éxito y es casi inmediato. Pero para pacientes como Halima, las cirugías patrocinadas por la Iglesia nunca son algo común. Son “lo que cambia la vida”.

Las cirugías sencillas que restauran la visión tienen un impacto positivo en las personas y sus familias durante generaciones. Los pacientes postoperatorios de cataratas como Halima — junto con sus cuidadores — a menudo redescubren la autosuficiencia, la libertad económica y la simple alegría de ver cómo se desarrolla la vida con claridad.

Mejorando vidas — un ojo a la vez

Hay varias razones por las que Latter-day Saint Charities pone como prioridad su iniciativa en curso del cuidado de la vista.

Un voluntario de Orbis, socio de Latter-day Saint Charities, realiza un examen de la vista a un hombre en Zambia en octubre del 2020.
Un voluntario de Orbis, socio de Latter-day Saint Charities, realiza un examen de la vista a un hombre en Zambia en octubre del 2020. Credit: Latter-day Saint Charities

Para empezar, más de 770 millones de personas en el mundo sufren de pérdida de la visión que se puede prevenir o tratar, según los informes de Latter-day Saint Charities. Más de 100 millones de personas tienen cataratas similares a las de Halima. Millones de otras personas tienen errores de refracción no corregidos y se beneficiarían con el uso de lentes correctivos como anteojos recetados.

El propósito de la iniciativa del cuidado de la vista de la Iglesia es claro: mejorar la calidad de vida de personas como Halima y legiones de otras personas que sufren de las causas más frecuentes de pérdida de la visión mediante el fortalecimiento de los sistemas de provisión, todo mientras se aumenta el acceso y la calidad de los servicios básicos de atención oftalmológica.

La gran mayoría de las personas atendidas por la iniciativa de cuidado de la vista de la Iglesia son tratadas en sus propios países y comunidades, a menudo por proveedores locales.

En el pasado, los equipos de oftalmólogos generalmente viajaban a regiones del mundo donde las personas tenían acceso limitado a la atención oftalmológica, como la cirugía de cataratas. Estas misiones aún ocurren, pero ahora gran parte del trabajo lo realizan proveedores locales, incluyendo muchos que han recibido capacitación de profesionales del cuidado de la vista patrocinados por la Iglesia.

Muchos de los procedimientos se realizan utilizando el equipo quirúrgico más moderno proporcionado por la Iglesia.

Al igual que con otras iniciativas de Latter-day Saint Charities, socios globales con organizaciones humanitarias tales como Sightsavers, Orbis International y el Himalyan Cataract Project son parte integral del éxito del programa de visión. Latter-day Saint Charities también trabaja en estrecha colaboración con proveedores locales y ministerios de salud nacionales para encontrar y ofrecer las formas más eficientes de servir a la mayor cantidad de personas posible.

Tales asociaciones “en cada lugar” “pueden proporcionar un enfoque más holístico que proporcione una mayor sustentabilidad e impactos duraderos”, dijo la oficial de programas Annie Kirk, sobre el programa de discapacidad de Latter-day Saint Charities.

La cirugía de cataratas proporcionada por Latter-day Saint Charities y sus socios ayudó a mejorar la vista de un niño de 8 años en Malawi llamado Taonga.
La cirugía de cataratas proporcionada por Latter-day Saint Charities y sus socios ayudó a mejorar la vista de un niño de 8 años en Malawi llamado Taonga. Credit: Latter-day Saint Charities

Se han implementado proyectos de cuidado de la vista en África, América del Sur, el Caribe, Asia, las Islas del Pacífico y Europa del Este.

En los últimos años, por ejemplo, Latter-day Saint Charities y el Himalayan Cataract Project proporcionaron suministros y servicios para miles de cirugías de cataratas en Ghana. Mientras tanto, 13 centros de Ghana recibieron capacitación para realizar cirugías de cataratas en gran volumen durante programas comunitarios. También se donó material quirúrgico a varios centros.

Y en la nación de Malawi, en el sureste de África, Latter-day Saint Charities se está asociando con Sightsavers en un proyecto continuo para expandir los servicios de salud ocular en siete distritos del sur. Entre julio del 2019 y junio del 2020, más de 130.000 personas se sometieron a exámenes de detección de pérdida de la visión y 924 — incluyendo 159 niños — se sometieron a una cirugía para restaurar la vista.

Kirk participó en un proyecto de Latter-day Saint Charities en Ghana “donde realizaron 705 cirugías de cataratas en una semana”. No olvidará presenciar la alegría y las lágrimas de los pacientes cuya vista había sido restaurada después de años de problemas de la visión.

“Cristo sana a un ciego” de Del Parson.
“Cristo sana a un ciego” de Del Parson. Credit: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Siguiendo el ejemplo del Sanador

Para los cristianos, por supuesto, el acto de restaurar la vista conlleva una profunda resonancia espiritual. Esa conexión divina no pasa desapercibida para Kirk y sus asociados.

Durante Su ministerio terrenal, Jesucristo sanó a los ciegos. En Juan 9, el Salvador declaró que Él era “la luz del mundo” antes de hacer lodo con su propia saliva y ungir los ojos de un hombre que había sido ciego de nacimiento.

Entonces, el Señor le ordenó al ciego que se lavara en el estanque de Siloé. El hombre siguió obedientemente Su dirección y fue sanado. Por primera vez en su vida, el hombre pudo ver.

Las lecciones aprendidas de esa sanidad sagrada son muchas — pero quizás la más destacada es la promesa de que la esperanza y la “visión” espiritual aguardan a todos los que guardan Sus mandamientos.

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