Uno de los pasajes mas tristes de la Historia inicial de la Iglesia se produjo en 1837, cuando la Iglesia apenas contaba con siete años desde su organización y los pocos miembros que la formaban en aquel entonces se habían empezado a reunir en Kirtland, a fin de poder disfrutar juntos del Evangelio y poder construir un Templo al Señor, Templo que se dedicó en 1836 y fue una fuente de gozo y paz.
Al mismo tiempo, todo parecía ir bien, hasta la prosperidad de una época de bonanza y crecimiento económico acompañó a los Santos. Tanto es así que quisieron fundar un Banco en Kirtland a fin de favorecer a todos los Santos que seguían llegando de todas partes para congregarse en Kirtland.
En esos momentos, y como pueden leer más abajo, se produjo una crisis financiera que dio al traste con todas sus expectativas e hizo perder mucho dinero a todos.
LA CRITICA .- Aprovechando este luctuoso episodio histórico, los críticos han aprovechado para cargar contra la Iglesia y en especial, contra el Profeta José, calificándolo de todo menos de honrado y cargando sobre él todas las culpas.
Ahora bien, la realidad de lo sucedido, la verdadera realidad la descubrí hace poco tiempo en una película que hablaba del "Pánico de 1837", lo que enseguida me recordó esta triste crisis e investigué al respecto, dándome cuenta que ni siquiera el relato oficial de la Iglesia hace demasiado hincapié en ello, solo cuenta lo que pasó.
Pero el motivo de que se hundiera el K.S.S. (Sociedad Financiera de Kirtland), no fue torpeza o deshonestidad de José Smith o cualquiera de sus colaboradores, sino que fue directamente originado por una crisis financiera tremenda, que produjo la quiebra del K.S.S. y de muchos otros Bancos y Sociedades Financieras en Estados Unidos.
Veamos la Historia oficial de la Iglesia y analicemos el suceso.
LA SOCIEDAD DE SEGURIDAD FINANCIERA DE KIRTLAND
En los Estados Unidos, en la década de 1830, a medida que iban aumentando las exigencias monetarias y de crédito de la gente, fue también incrementando el número de instituciones bancarias hasta llegar casi al doble. Los bancos proporcionaban préstamos, papel moneda, oportunidades de canje y un lugar seguro para hacer depósitos de dinero.
En Kirtland, José Smith y otros líderes empezaron a considerar la idea de fundar un banco. Con asesoría legal, prepararon un documento de acuerdo para establecer en la ciudad una corporación bancaria que recibiría el nombre de Sociedad de Seguridad Financiera de Kirtland (“Kirtland Safety Society”). En noviembre de 1836, Orson Hyde fue a la capital del estado de Ohio llevando una petición al poder legislativo en la que se solicitaba la aprobación para la fundación del banco. Al mismo tiempo, Oliver Cowdery fue a Filadelfia con el fin de comprar las placas para imprimir papel moneda; él logró su propósito, pero el hermano Hyde regresó con malas noticias: el momento de hacer la petición no era oportuno, y, después de oírla, los legisladores les negaron el permiso para establecer el banco; los demócratas que se oponían al uso de letras bancarias, cheques y papel moneda constituían la mayoría en la legislatura y rechazaban casi todas las solicitudes para abrir bancos nuevos.
Los hermanos quedaron desilusionados pero decidieron crear una compañía privada de acciones a la que llamarían Sociedad no bancaria de Seguridad Financiera de Kirtland. Como se habían formado en Ohio otros bancos sin autorización, supusieron que las personas tenían el derecho de organizar legalmente una compañía privada que se encargara de transacciones bancarias. Hubo muchas personas en la Reserva del Oeste, tanto entre los miembros como entre los que no lo eran, que apoyaron la formación de esa sociedad de la cual José Smith era tesorero y Sidney Rigdon era secretario. La compañía abrió sus puertas al público el 2 de enero de 1837.
En seguida surgieron serios problemas que amenazaron el éxito de la compañía bancaria. Muchos otros bancos se negaron a aceptar las notas de la sociedad como pagos legales y los periódicos antimormones las calificaron de papeles sin valor. Por otra parte, el capital de la sociedad era principalmente en tierras, y no contaba con efectivo (o valores como oro y plata) para satisfacer las demandas de pago en moneda; los enemigos de la Iglesia obtuvieron una cantidad de notas que, al presentarse en la sociedad, pusieron a la institución en aprietos forzándola a suspender todo pago en efectivo a sus clientes apenas unas pocas semanas después de haberlas emitido. La falta de un permiso también fue un golpe para la reputación de la compañía, con el resultado de que José Smith y Sidney Rigdon fueron acusados de haber violado los estatutos bancarios de Ohio y llevados a juicio.
En la primavera de 1837 [segundo trimestre del año] los problemas económicos de los santos se complicaron con un pánico general que se extendió al oeste desde Nueva York hacia otras partes del país (más tarde se conoció como “el pánico de 1837”). En mayo todos los bancos de Ohio suspendieron los pagos en efectivo o en valores; durante ese período, el dinero escaseaba y hubo muchos acreedores que no pudieron dar más créditos ni aplazar los pagos al llegar su vencimiento.
José Smith hizo todo lo posible por convencer a las personas que tenían dinero de que invirtieran para mantener el banco a flote, pero, finalmente, la operación de la institución se puso en manos de otros. No obstante, eso tampoco fue una solución, por la incapacidad de los administradores y porque se corrían rumores de que algunos de ellos estaban desfalcando los fondos de la sociedad
Otra causa de los problemas financieros de la Iglesia fue el afán por especular que se extendió por Kirtland; con la supuesta disponibilidad de fondos, que pedían prestados al banco, muchas personas se metieron en deudas para comprar tierras que tenían pensado revender sacando una buena ganancia. Warren Cowdery comentó en el Messenger and Advocate que no eran pocos los miembros “a los que se puede culpar de especulación desenfrenada y de sueños visionarios de riquezas y opulencia mundana, como si el oro y la plata fueran sus dioses, y su sola dicha, o el pasaje para lograrla, fuera la adquisición de casas, granjas y mercaderías”9 .
En el otoño de 1836, Heber C. Kimball, que acababa de regresar de una misión, quedó pasmado ante los efectos de esa especulación y escribió lo siguiente al respecto: “Cuando salimos de Kirtland, un terreno en la ciudad costaba unos $150 (dólares); pero al regresar, para nuestro gran asombro, el mismo terreno costaba entre $500 y $1.000 (dólares), según la ubicación. Y me encontré con que algunos hombres que apenas tenían qué comer cuando me fui, al volver eran personas supuestamente acaudaladas. Más aún, parecía que todo a nuestro alrededor era prosperidad y que toda la gente estaba determinada a hacerse rica”10.
Debido a la forma en que la sociedad sobrepasó sus medios, finalmente se vio forzada a cerrar en noviembre de 1837, y como resultado, las doscientas personas que habían invertido dinero en ella perdieron casi todo el capital colocado. José Smith perdió más que cualquier otra persona con el fracaso de la compañía, pues, tratando de lograr éxito con el banco y al mismo tiempo de comprar terrenos en Kirtland y mercancías para su tienda, había acumulado deudas que llegaban cerca de los cien mil dólares; a pesar de tener tierras y bienes cuyo precio superaba la suma de sus deudas, no le fue posible convertirlos en valores con los cuales pudiera pagar a sus acreedores. En 1837 el Profeta tuvo que enfrentar diecisiete juicios por deudas en el condado de Geauga, consistentes en demandas por más de treinta mil dólares. Lamentablemente, pocas personas comprendieron las verdaderas causas de las dificultades económicas que pasaban; muchos miembros hablaron mal del Profeta acusándolo de ser responsable de todos sus problemas.
Estos son los hechos, los críticos han aprovechado para difamar y calumniar al Profeta, o cuanto menos, burlarse de su llamamiento profético, pero recordemos dos cosas.
Primero, que el Señor nos prueba en todas las cosas, y por lo tanto, como a Job y muchos otros profetas, han pasado épocas de tribulaciones económicas que no dependieron de su dignidad, sino de la voluntad de Dios de probarnos en todas las cosas.
Segundo, hace bien poquito, en 2008 tuvimos la ocasión de comprobar en carne propia los problemas de una crisis financiera mundial, la crisis de las Sub Prime o Hipotecas Basuras, que arrastró a la quiebra a Bancos y destruyó las economías familiares de miles de personas.
Después de este hecho que todos hemos conocido, veamos como la Historia califica el Pánico de 1837 como una crisis de mayor calado y profundidad, comparandola solamente a la famosa Crisis de 1929.
Pánico de 1837
El Pánico de 1837 es el nombre con el que se conoce a una ola de pánico económico ocurrido en Estados Unidos, y que nació a raíz de una fiebre especulativa. El hecho que desencadenó el caos ocurrió el 10 de mayo de 1837 en Nueva York, cuando todos los bancos dejaron de efectuar sus pagos en especie (monedas de oro y plata). El pánico fue seguido por una crisis económica que duró cinco años, durante la cual los bancos quebraron y se llegó a niveles muy elevados de desempleo.Causas[editar]
Se dice que las causas del suceso fueron, por una parte, la política del presidente de los Estados Unidos Andrew Jackson, que promulgó una orden ejecutiva sobre los pagos en especie y rehusó renovar los estatutos jurídicos del Second Bank of the United States, lo cual significaba el retiro de los fondos del gobierno de ese banco; y, por otra parte, se culpó a Martin Van Buren, siguiente presidente (desde marzo de 1837, cinco semanas antes del desencadenamiento del pánico) por su negativa a involucrar al Gobierno en la economía. Éste era fanático de la doctrina francesa de "laissez-faire" que propiciaba el libre mercado sin intervención del gobierno. Esto contribuyó a la duración e intensidad del pánico. Ésta fue una de las dos depresiones económicas más severas de los Estados Unidos, sólo comparable a la Gran Depresión.
https://es.wikipedia.org/wiki/Pánico_de_1837
Por lo tanto es evidente que el motivo de la quiebra del K.S.S. no fue la maldad de nadie, sino el embite de una crisis financiera terrible que hundió la economía de miles de personas, entre ellos los Santos de los Últimos Días en Kirtland.
Fui muy ingenuo al intentar mostrar el error de la Iglesia.El libro de Mormon fue lamentablemente dejado de lado por falsas interpretaciones.Cosa que no ocurrio con el Coran p.e.Ocultaron la verdadera enseñanza del libro.Por eso Dios va a dejar que otro pueblo los reemplace.Amen
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